22 de abril de 2014
Número: 1972
Llegó a su conclusión el proceso penal que se le seguía a Francisco Javier Pérez Villalobos, toda vez que fue señalado como responsable de haber cometido un robo comercial en contra de una negociación ubicada en el Centro Comercial Agropecuario, por lo que el Juzgado Sexto de lo Penal, dictó sentencia condenatoria de 8 años y 3 meses de prisión, por el delito de robo calificado.
Con relación a los acontecimientos, estos tuvieron verificativo el pasado 25 de septiembre del año 2012, cuando el hoy sentenciado, se encontraba a las afueras del Centro Comercial Agropecuario, dentro de un baldío, pasada la media noche drogándose con cristal, por lo que ya bajo los efectos de dicha droga, decidió llevar a cabo un robo a los locales comerciales del interior de dicho Centro Comercial.
Primeramente Francisco Javier, señaló en su declaración que trepó por una de las bardas que dan hacia el exterior del Agropecuario, y comenzó a caminar sobre las azoteas, hasta comprobar que estaban abiertas unas ventanas que se comunican a una empresa dedicada a la venta de carnes frías y lácteos, ahí utilizando unas pinzas dobló unos barrotes que le permitieron ingresar a la negociación.
Ya en el interior se percató que en uno de los muro se contaba con una cámara de video vigilancia, por lo que se colocó una chamarra en su cabeza y cara, y con un trapeador, logró apagar la misma; posteriormente dirigirse a la oficina, donde comenzó a buscar objetos de valor, observando que dentro de un cajón había varias bolsas con monedas de diferentes denominaciones, las cuales agarró y guardó en su mochila; posteriormente se trasladó a otra oficina, donde se apoderó de dos computadoras portátiles y las guardó también en su mochila para posteriormente darse a la fuga utilizando la misma ventana, dirigirse a la azotea y posteriormente bajar por la barda que comunica al exterior del Centro Comercial.
Continuado con su declaración Francisco Javier, señaló que se quedó en el lote baldío hasta que amaneció, para dirigirse a la casa de un amigo en la colonia Fátima, pero como no lo encontró, decidido dirigirse a su domicilio, este ubicado en la calle Mar de Galilea en la colonia Olivares Santana, donde guardó el botín y se quedó dormido. Cerca de las 18:00 horas se despertó y cargando la mochila con los objetos robados, decidió salir para vender las computadoras pero al estar caminando sobre la calle Pedro García Rojas, le marcaron el alto una unidad de la Policía Ministerial, cuyos investigadores le indicaron que sus huellas habían aparecido en la negociación robada, por lo que terminó por confesar que efectivamente él había cometido el ilícito.
Posterior a su declaración preparatoria y la recuperación del botín el AMP, solicitó que Francisco Javier fuera trasladado al CERESO para Varones, donde días después se le dictó el auto de formal prisión, dando con ello inicio a su proceso penal, el cual finalmente llegó a su conclusión con la sentencia de 8 años tras las rejas.
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